No importa que pase en al otro lado del mundo, que se celebre en otros lados o en la esquina de mi casa, Septiembre es siempre un big issue para mí. En mi mundo es un mes de cambios, de decisiones importantes y sobre todo de celebración, exactamente igual que en el mundo de la moda!! Y es que yo creo que no es coincidencia que me tocara nacer en un mes tan importante fashionisticamente hablando: la moda y yo estamos hechas la una para la otra.
El próximo domingo es mi cumpleaños y durante estas dos semanas de alejamiento estuve pensando en lo que significa para mí este cumpleaños. No tengo problemas con mi edad, así que abiertamente les digo que este fin de semana cumplo 23 años. No me preocupa hacerme vieja -total, todos pasaremos por ahí en algún momento-, lo único que me preocupa es hacerme vieja y no estar un poquito más cerca de lo que quiero.
Como decía, Septiembre es un mes complicado y por un motivo u otro siempre termino poniéndome filosófica -regresando a las raíces, como quien dice-, así que este mes entre mudanzas, viajes sin planificar y nuevos retos, me puse a pensar qué quiero hacer conmigo y qué estoy haciendo por ello.
No soy de las personas que siempre supo que quería ser de grande, jugué a ser muchas cosas hasta que me tocó decidirme y casi de casualidad terminé estudiando comunicación. No lo pensé mucho en su momento, pero ahora estoy segura que fue una buena casualidad, porque gracias a ella ahora estoy un poco más cerca de mi sueños.
La moda es mi pasión. Mis días son más bonitos, divertidos y productivos cuando hay moda en ellos. Pero yo no soy diseñadora, no. Yo soy comunicadora y a eso me quiero dedicar siempre y cuando de moda se trate. Porque afortunadamente hay un espacio para mí en el mundo de la moda. Por eso es que me siento más cerca de lograr lo que quiero, porque allí donde quiero estar necesitan a alguien como yo. Ahora solo tengo que prepararme y trabajar por la oportunidad que necesito. Pequeño detalle.
A unos días de hacerme oficialmente más vieja - y más sabia??- me siento contenta, estoy feliz porque ya sé exactamente que es lo que quiero hacer con mi vida. Soy feliz porque sé que debo hacer para lograrlo y soy feliz porque sé que no depende de nadie más que de mi. Pero es precisamente, esto último lo que también me hace temer y es que también puedo ser yo la causa de que no logre nada. Tengo miedo, pero igual que a muchas mujeres en el mundo, eso no me detiene.
Así que este domingo, cuando sople mis 23 velitas, no pediré ser feliz y no ser más vieja, porque ya sé que eso lo primero depende de mí y lo otro es imposible. Pediré la voluntad para nunca dejar de creer en mis sueños a pesar de lo que pase el resto del año, segura de que cada día mi esfuerzo me pondrá un poco más cerca de ellos.
...Y para nunca dejar de creer y trabajar por ellos, los tendré siempre en frente, siempre presentes.
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